Brrrr, que frío! La plaza del Obelisco, ubicada en la avenida Santa Cruz de La Paz, es testigo de la pesadumbre que padecía Amalia (nombre convencional) en la procura de encontrar el transporte interciudad La Paz – El Alto.
Amalia estaba parada muy estática en un costado de la calzada. Ella se acurrucaba mucho más en su manta rosada. Siendo muy joven aun, llevaba entre sus brazos un bebito de apenas meses, envuelto en un delgado aguayo.
Ella me miró con desconfianza, porque yo también estaba esperando el minibús cerca de ella. Baya, parecía que la espera y el frío se habían aliado para hacernos fruncir el cuello con el cuerpo. Eran las 22:47 p.m.
De pronto, se apareció un minibús, que seguramente había sorteado diferentes calles para llegar a ese punto con el objetivo de recoger a sus pasajeros. El voceador abrió tímidamente su ventanita y dijo:
- Ceja, Ceja, Ceja… a 4 bolivianos!
Amalia me miró como si me invitara a que protestáramos juntos por semejante asalto a nuestra magra economía. Escuché que murmuró entre sus labios muy tímidamente:
- Estos abusivos, se pasan, como van a querer cobrarnos tanto.
El conductor de aquel móvil, al percatarse que ni Amalia ni mi persona subíamos al minibús, recorrió unos metros y siguió ofertando su servicio.
Pasaron unos 15 minutos de espera. Ya éramos unas 20 personas esperando al dichoso minibús que nos pueda llevara a nuestro destino. Después, apareció un carry y el conductor anunció desde su pequeña ventanilla:
- Ceja 3 bolivianos!, Ceja 3 bolivianos!
Seguramente el frío, la inseguridad y la premura de llegar a casa para descansar nos obligaron a que todos nos abalancemos a la pequeña puerta. El conductor estaba feliz, en río revuelto ganancia de pescadores.
Lo cierto es que esta historia se repite todos los días, centenares de mujeres como Amalia vienen de El Alto a La Paz a trabar en el comercio u otra actividad informal y tiene que destinar un presupuesto 15 bolivianos por día, sólo para el transporte.
Mientras la ilegalidad, el desorden, la indolencia de los conductores impera aún en nuestro medio, el Gobernador Cesar Cocarico duerme en sus laureles en este tema, porque es atribución de su administración fijar las tarifas intermunicipales.
Recordemos que las alcaldías de La Paz (11 de marzo) y El Alto (11 de abril) ya definieron sus escalas tarifarias. El turno ahora es de la Gobernación, ¿Cuándo será? ¿Por qué tardará tanto?
Los conductores, de manera arbitraria y unilateral, establecieron de facto una tarifa de 2,50 y hasta 3 bolivianos desde la Ceja hasta la Pérez Velazco, viceversa. Actualmente, la gente de El Alto asimila pasivamente el “abuso” de los choferes, pero no hay que olvidar que la acumulación de las injusticias sociales terminó siempre en grandes revoluciones. Llegará un momento en que la gente para aplastar el abuso.